jueves, 20 de noviembre de 2008

¡Hola vida, buenos días!














Hola vida, déjame hablarte un poco sobre ti.

Acabo de escribirle un mail
a una niña que no conozco, pero de cierta extraña manera
me fascina. Le acabo de contar muchas cosas, que quizás no se interese en leer,
cosas que pienso de ella, cosas mías, cosas de mí día. Mí día, tengo que decirte que hoy, fue un buen día; y como un caballero que soy, he de agradecerte por eso, ya que sabes,
probablemente fue el único día del año, que quise que no acabara. El único día en que dije de corazón, ¡Pucha, qué temprano es, no quiero que se acabe el día! todo va tan extrañamente bien. Primera vez que disfruto tanto, tomar aire en una azotea, fumar un cigarro, tomar agua mineral, ver las luces de santiago, las luces navideñas que acaparan toda la atención de los insulsos compradores, y hablar hablar, como si mañana fuese a morir ( y dejarte de lado, vida) sin contarle al mundo lo que me pasa hoy. Hoy me siento con ganas de escribir, pero supongo ya lo sabes, hoy creo que de verdad me siento libre, feliz, nostálgico, pero feliz; me siento como en El daño de Andrea Maturana, como si pudiera contar mis experiencias, a un alma que ha pasado por tantos infortunios como yo, alguien así de empático, que sólo pudiera complementar lo que yo digo, con una divertida pero desgraciada historia propia. Sabes vida, a veces cuestiono tu forma de hacer que todo, se torne increíblemente complicado y engorroso en mi andar, mas quién soy yo para cuestionarte; si bien cometo errores de los que me arrepiento, tú y tu gente, me paga con errores de los que aprendo. Te agradezco la forma en que pusiste a quienes se interesan por mi bienestar, la forma en que pones una iglesia en mi camino, cuando camino con pena por santiago, la forma en que pusiste canela y miel cuando quise llorar, y muchas cosas más que sólo tú sabes que te agradezco en voz baja, y con ojos cerrados.

Bien, vida. Hoy tuve tiempo para pensar, en muchas cosas, pero no en cosas vanas, no en lamentos, no en niñerías, sino en qué será de ti y de mí en un tiempo más. Creo que hoy, Jueves 20 de noviembre del 2008, podría haber cumplido mi mayoría de edad mental. Creo que hoy estoy dando un paso grande en mi vida. Creo que hoy me di cuenta de la desmesurada forma en que desperdicio mi tiempo, tu tiempo, nuestro tiempo, vida mía; en cosas tan vanas como (me perdonarás que arruine tal confesión, con nombres como éstos) Messenger, facebook, flickr, etcétera. Es cierto que nada ni nadie en la internet, vela por mi bienestar; es cierto que un samurái sólo depende de sí mismo, de su habilidad y su espada, y no depende de la gente a su alrededor. Es cierto vida mía, y sé que tú puedes jurar testimonio, de que quienes no fijan sus metas, quienes no perseveran, nunca lograrán nada de ti. Es por eso que asumo mi Adultez, y asumo que es momento, de dejar los vicios vanos de la pseudo vida que llevo. Es momento de decir adiós a todas las almas frías que sólo aletargan mi existencia.

Es por eso vida, que probablemente ya no te pueda dedicar textos como éstos, simplemente porque no estaré frente a una pantalla, sino frente a un campo de flores, frente a árboles, niños, carcajadas, o lo que sea que me haga sentir feliz, sentir que llevo una vida real, como sólo tú sabes que funcionas. Sabemos que no es fácil. We both know, you're such a bitch, pero ambos sabemos que es lo mejor.

Gracias vida por abrirme los ojos, gracias vida por hacerlo todo tan difícil, y espero vida, que la gente que vale la pena, no la alejes de mí, sólo por intentar vivirte de otra manera. Espero vida que todo resulte de la mejor manera.