martes, 29 de junio de 2010

Valparaíso


Paseaban de noche por la ciudad, tomados de la mano, entre risas, ruidos y el humo característico. Los cuerpos inertes que deambulaban sin destino, entorpecían su caminar, mas no se inmutaban por ello. Sentían ternura, por aquellas almas ahogadas en etanol, que intentaban borrar los dolorosos recuerdos de una triste infancia, una familia disfuncional o un amor no correspondido.

Las luces, la música y el alcohol, sacaban lo más oscuro de cada uno de ellos, y a pesar de sus lúgubres atuendos y apagadas miradas, parecían disfrutan de aquel interminable éxtasis.

A ratos comentaban algo. Se les iba la noche entre paseos, carcajadas y conversaciones triviales. Decían alguna broma, se reían de la muchedumbre o de algún borracho que intentaba captar la atención de quienes caminaban por los alrededores. Pero a pesar de las risas y el espectáculo callejero, él no dejaba de pensar en lo afortunado que era de tener una familia que lo quisiera; y de haberla encontrado a ella. No quería volver a ser un alma en pena.