sábado, 21 de abril de 2007

Qué se teje en estos días de mi vida.


Llegó el día en el que tuve que darme cuenta,
de que no toda la vida podía vivir tan relajado.

Una lata p'oh, porque amo ser como soy, vivir sin complicaciones
y sin tener que rendirle cuentas a nadie, amo ser libre,
no enojarme por las cosas, no pelear por tonteras, no sentirme
presionado por la gente, no tener ataduras psicológicas.
Ser yo.

Pero pasa que a veces con el sólo hecho de ser yo, termino
lastimando a la gente. Es entonces cuando pienso que la gente
no debería vincularse conmigo, sólo por una cosa de mantener
su integridad psicológica xD.

Pero es un problema hacerle daño a la gente.
Y más cuando la gente cercana a uno
es la que resulta lastimada. Familia.

Creo que a través de toda mi vida, nunca he sido una carga para mi familia.
No he pedido grandes cosas, desde chico me acostumbré a ser económico para todo
y si algo costaba más de 2 lucas prefería no llevarlo y ya.
No fui alcohólico, drogadicto, vicioso o gay, [ni pretendo serlo]
ni un mal tipo. Y en general siempre fui el que menos problemas daba
probablemente dentro de mi grupo de amigos, familia y conocidos.

Aun así, parece que ser como soy no es suficiente para algunos [muchos]
y es que siempre el medio te exige más. Que rindas más que seas mejor
que entregues más, y en general esas actitudes del entorno me parece son bastante
egoístas.

Ahora, no todo es culpa de los demás, ya que debo admitir suelo equivocarme
en muchas cosas, ser inpuntual, irresponsable a veces, y aunque la gente
no se dé cuenta, también mentiroso.
El propósito de esta entrada, es que al que llegue a interesarse por mi vida, sepaque si hago algo mal, no es porque quiera hacerlo mal. Probablemente lo haga sin querer, o me estén exigiendo mucho (casi siempre de una mala manera) en este, un mal momento de mi vida.

Gracias a las personas que siguen ahí en las buenas y en las malas, a los que contribuyen con cosas lindas a mi vida, a los que se ponen en mi lugar antes de atacarme.
Y a los que no, los que me desean mal, suerte en sus vidas.
Vean harta tele, vivan felices, y bueno, cómo dice el código del samurái acerca de la venganza:

La ofensa es como un buen haiku (Breve poema japonés de tres versos): puede ignorarse, desconocerse, perdonarse o borrarse, pero nunca puede ser olvidada.



Si les desagrado, tiernamente les digo, aléjense de mí ^^